¡Dime qué piensas y te diré quien eres!

La gran mayoría de personas han escuchado en más de una ocasión: ¡Dime con quién andas y te diré quien eres! Dicha declaración es de gran ayuda al momento de analizar el comportamiento humano. Pero mayor aún es ¡Dime qué piensas y te diré quien eres!

Magos e ilusionistas del mundo entero hablan del gran poder que tiene la mente sobre la materia. Aunque no están lejos de la realidad, no es necesario pisar el terreno de lo oculto y sobrenatural para analizar nuestras mentes. Dios no es complicado y mucho menos sus verdades. Es cuestión de hacer un alto en nuestras vidas y analizar nuestro interior.

Hemos escuchado un sin número de veces “mente sana en cuerpo sano” lo cual es una excelente reflexión; pero qué opinan de otra: “cuerpo sano en mente sana”. Pienso, que se necesita una mente sana, para obtener un cuerpo sano y una vida sana. El hombre no es capaz de hacer nada sin una previa determinación en su mente. De la misma manera en que piensas acerca de las cosas, será la manera en que reacciones ante ellas. De allí la necesidad de poseer el correcto concepto de todo lo que existe a nuestro alrededor y formar en nosotros convicciones acertadas.

La conducta es el termómetro de nuestros procesos mentales. En otras palabras, lo que se aloja en nuestras mentes es lo que somos y lo que determina nuestras acciones. Proverbios 23:7 dice: “Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él”. Si tú piensas que la vida vale la pena vivirla, se reflejará en tus gestos, actitudes y decisiones que tomes. Si piensas que la vida no vale nada, no pasará mucho tiempo para que la gente note que simplemente estás en el mundo sobreviviendo. Nuestro carácter se forma a partir de los principios almacenados en nuestra base de datos, los cuales se hacen evidentes en nuestra conducta.

El problema es que el mundo y los “valores” están cada vez más en decadencia. Queramos o no, los antivalores llegan a nosotros tarde o temprano. Es apremiante la necesidad de crear un sistema especial antivirus que sea capaz de detectar e eliminar cualquier antivalor que llegue a nosotros. Es urgente cambiar nuestra mentalidad. Es nuestra responsabilidad el transformar nuestro entendimiento.

Necesitamos mentes sanas, para poder tener vidas sanas. A continuación, algunos consejos para mantener la mente sana:

• Mantén activa tu mente. No permitas que el ocio se apodere de ti.
• Procura tener el concepto correcto de lo que existe a tu alrededor.
• Retén los buenos pensamientos.
• Reemplaza malos pensamientos por otros que te edifiquen.
• Evita pensamientos irreales que te atrapen en burbujas y no te dejen vivir la realidad. Es bueno soñar; pero recuerda que la vida es real, no es un sueño. Los sueños inspiran en la vida, no son la vida. No puedes pasarte toda la vida soñando. La vida necesita ser enfrentada y para aquello, necesitas valor. Y recuerda: Valor no es lo mismo que ausencia de temor. Valor es enfrentar las cosas a pesar del temor.
• En la Biblia encontrarás los valores que te ayudarán a obtener una mente sana. Conoce quién es Jesús y su manera de pensar, adopta su mentalidad y comienza a vivir como un verdadero hijo de Dios.

“Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá?
mas nosotros tenemos la mente de Cristo.” 1 Co. 2:16


Nota: Gracias a mi maestro de sicología del Seminario Bautista del Ecuador, que me puso a pensar más de lo acostumbrado, acerca del comportamiento, el por qué de la conducta humana y el control soberano que puede ejercer Dios en la vida de una persona que tome la decisión de hacer suya la mente de Cristo.

(Archivo: Año 2005) jeje... qué viejo!

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