“Dios hará grandes cosas en tu vida”
Entre los cristianos, al momento de afirmar a alguien, es muy común la frase “Dios hará grandes cosas en tu vida”. Y aunque no es una frase mal intencionada, sino todo lo contrario, muy legítima y cargada de buena voluntad y buenos deseos, no deja de “no cuadrarme”. Yo era de las personas que mucho usaba esta frase. Añadiendo a esto, hay muchas otras frases que se han vuelto cliché entre los cristianos, frases que muchas veces las repetimos sin verdaderamente sentirlas. Pero ese no es el tema que quería tocar en realidad. Más bien quiero reflexionar en el supuesto que cuando uno le desea algo a alguien es porque le falta “ese algo”. Por ejemplo, cuando alguien estornuda, le decimos “salud”, deseando que así sea y que se mejore. Cuando deseamos “feliz cumpleaños” a alguien, es porque deseamos que pueda festejar y ser feliz ese día. Pensamos que las celebraciones, en el caso de un cumpleaños, traen mayor felicidad a la vida, lo que me hace pensar que los demás días, los “ordinarios” uno no es tan feliz. Entonces ¿qué estamos diciendo con la frase “Dios hará grandes cosas en tu vida”? ¿estamos diciendo tal vez que Dios NO las está haciendo ya?
No hace mucho leí algo muy interesante que realmente afirmó el porqué ya no suelo usar esta frase. Esto que leí hablaba sobre el tema del tener una experiencia con Dios. Decía algo así como, mientras muchos viven esperando una experiencia con Dios, no se dan cuenta que ya la tienen, que ya la están viviendo. Es como que siempre estamos esperando que algo “wow” nos suceda, como diciendo con esto que solo lo extraordinario tiene la capacidad de hacernos feliz, y me pregunto yo, qué hay de lo ordinario, acaso nosotros mismos no somos personas ordinarias, en qué momento perdimos la capacidad de alegrarnos del día a día, de lo ordinario de la vida.
Prefiero pensar ahora y meditar en versículos como el de Eclesiastés 3:12 que dice: “Yo he conocido que no hay para ellos cosa mejor que alegrarse, y hacer el bien en su vida”, y no veo por ningún lado que diga que seamos felices sólo cuando algo espectacular nos ocurra, más bien Dios nos invita a ser felices haciendo el bien en todo tiempo.
He decidido ser feliz en cada situación de la vida. Mientras esté haciendo las cosas correctamente sé que Dios me hará feliz. Hoy reconozco que a diario Dios hace grandes cosas en mi vida y estoy segura que también en la vida de los que me rodean.
Dios es un Dios extraordinario, y hace cosas extraordinarias todos los días. Que Dios nos de la capacidad de ver lo extraordinario en lo ordinario y cotidiano de nuestras vidas siempre.
No hace mucho leí algo muy interesante que realmente afirmó el porqué ya no suelo usar esta frase. Esto que leí hablaba sobre el tema del tener una experiencia con Dios. Decía algo así como, mientras muchos viven esperando una experiencia con Dios, no se dan cuenta que ya la tienen, que ya la están viviendo. Es como que siempre estamos esperando que algo “wow” nos suceda, como diciendo con esto que solo lo extraordinario tiene la capacidad de hacernos feliz, y me pregunto yo, qué hay de lo ordinario, acaso nosotros mismos no somos personas ordinarias, en qué momento perdimos la capacidad de alegrarnos del día a día, de lo ordinario de la vida.
Prefiero pensar ahora y meditar en versículos como el de Eclesiastés 3:12 que dice: “Yo he conocido que no hay para ellos cosa mejor que alegrarse, y hacer el bien en su vida”, y no veo por ningún lado que diga que seamos felices sólo cuando algo espectacular nos ocurra, más bien Dios nos invita a ser felices haciendo el bien en todo tiempo.
He decidido ser feliz en cada situación de la vida. Mientras esté haciendo las cosas correctamente sé que Dios me hará feliz. Hoy reconozco que a diario Dios hace grandes cosas en mi vida y estoy segura que también en la vida de los que me rodean.
Dios es un Dios extraordinario, y hace cosas extraordinarias todos los días. Que Dios nos de la capacidad de ver lo extraordinario en lo ordinario y cotidiano de nuestras vidas siempre.
¿La felicidad?
ResponderEliminarEn lo que a mi toca, no espero el “chorro” que me llene de felicidad para el futuro; hermoso es dejar ser llenados con las “gotitas” que Dios me hace ver y sentir en cada instante de mi vida al saberme amado y bendecido por El.
Bueno... si El desea llenarme de felicidad, alegría y júbilo extremo, ¡Bienvenido sea mi Dios! Pero como bien dices en tu artículo – mi negrita - , es bueno, saludable y agradable a Dios el “ser feliz en cada situación de la vida”.
Precisamente en este mismo instante soy feliz al leer y reflexionar en lo que escribes.
Te amo.