Salud Emocional
Hoy tengo ganas de escribir sobre salud emocional. Hace dos días experimenté en un sólo día tristeza, decepción y mucho enojo. La persona a la cual le permití que me haga sentir todas estas emociones fue la misma que hace un mes atrás lo había hecho. Hace un mes le pedía a Dios que me hiciera más dura y que las palabras y actitudes de esta persona no me hicieran daño más, que sencillamente me resbalaran como mantequilla. Pero no fue así. Una vez más, me lastimó. He aceptado que esto de permitir o no que otras personas te lastimen no depende de uno, por más que desees tener una súper capa de acero, al final somos lo que somos. En mi caso, soy una persona muy sensible y susceptible al maltrato y la injusticia, y mucho más si viene de una persona que amo mucho. Para no alargar la historia, todo un día pasé reprimiendo mis ganas de llorar, aunque enojada pude desahogarme en un par de oídos disponibles que Dios justo proveyó. Terminando el día, conversando con Papá Dios, no aguanté más y rompí en llanto cual bebé, y Papá habló:
1. Salud emocional no se trata de sentir solo sentimientos lindos y huirle a los feos o desagradables.
2. Salud emocional se trata de tener humildad. Humildad para no creer que debemos siempre tener sentimientos buenos o los cuales creemos perfectos, si no aceptar que dentro de todo el paquete de emociones con el que Dios nos dotó, está la ira, la decepción, la tristeza, entre otros. Quieras o no, lo aceptes o no, todas las emociones son perfectas porque las creó un Dios perfecto.
3. Salud emocional se trata de tener percepción. Percepción para lograr detectar y describir qué tipo de emoción estamos sintiendo y lograr descifrar el motivo de la misma.
4. Salud emocional se trata de entregar las emociones que nos enferman a Cristo en el menor tiempo posible, y que sea Él sanando y santificando nuestra alma, proveyéndonos paz, gozo y sobre todo amor para perdonar las ofensas.
En conclusión, es nuestra elección el permitir que las malas emociones carcoman nuestra alma o tener valor para entregárselas a Cristo, el cual como se decir siempre, es Aquel que lo aguanta todo, hasta la emoción más horrible que puedas sentir, Él puede cargar con ella si tú se lo permites. A cambio Él tranquiliza tiernamente tu alma y te capacita para superar toda tormenta de emociones.
¿No es grandioso nuestro Dios?
1. Salud emocional no se trata de sentir solo sentimientos lindos y huirle a los feos o desagradables.
2. Salud emocional se trata de tener humildad. Humildad para no creer que debemos siempre tener sentimientos buenos o los cuales creemos perfectos, si no aceptar que dentro de todo el paquete de emociones con el que Dios nos dotó, está la ira, la decepción, la tristeza, entre otros. Quieras o no, lo aceptes o no, todas las emociones son perfectas porque las creó un Dios perfecto.
3. Salud emocional se trata de tener percepción. Percepción para lograr detectar y describir qué tipo de emoción estamos sintiendo y lograr descifrar el motivo de la misma.
4. Salud emocional se trata de entregar las emociones que nos enferman a Cristo en el menor tiempo posible, y que sea Él sanando y santificando nuestra alma, proveyéndonos paz, gozo y sobre todo amor para perdonar las ofensas.
En conclusión, es nuestra elección el permitir que las malas emociones carcoman nuestra alma o tener valor para entregárselas a Cristo, el cual como se decir siempre, es Aquel que lo aguanta todo, hasta la emoción más horrible que puedas sentir, Él puede cargar con ella si tú se lo permites. A cambio Él tranquiliza tiernamente tu alma y te capacita para superar toda tormenta de emociones.
¿No es grandioso nuestro Dios?
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