Vacaciones

El "niño"

Hoy no hay urgentes, sólo hay lo que hay. Estoy de vacaciones. Tengo tiempo para escribir. Me encantan mis tapones para los oídos que me compré ayer, amortiguan bastante bien el ruido, aunque no lo elimina totalmente. Estoy feliz, estoy en paz. Estoy en La libertad y mi mamá conversa con su consuegra en la sala de su casa. Mi sobrino juega en el piso en medio de un mar de juguetes que hasta el momento no sé de donde salieron. ¿Será que mis papás saquearon una juguetería para traerle todos estos juguetes al “niño”? El “niño”, así se identifica mi sobrino cada vez que alguien le pregunta su nombre. Pensamientos cortos aleatorios para empezar… ahora sí van los más profundos.

No había tenido tiempo para escribir hace rato. Y he estado un poco frustrada por eso, ya que escribir es parte de mi esencia, es parte del ser yo. Y pasa que los pensamientos no paran y se me han acumulado bastante  y realmente me demoraría mucho ponerme a escribir sobre cada uno de ellos, además que, como lo dije antes: ¡estoy de vacaciones!

Quiero sólo escribir sobre cómo me siento en este momento y lo que pienso acerca de eso. He pasado de una ardua actividad a un descanso absoluto en cuestión de horas. Aunque es extremadamente aliviante hacerlo, también te deja un sabor de boca medio extraño, y es por eso que escribo lo que escribo ahora. La actividad y el descanso son parte de la vida, y realmente en lo personal disfruto tanto lo uno como lo otro. Conozco a mucha gente que son amantes de alguno de los extremos. O se pasan la vida haciendo cosas sin descansar, o se pasan la vida descansando (nadie sabe de qué, lo peor del asunto). Cuando trabajo, he aprendido gracias a Dios a hacerlo duro, y dar siempre lo mejor; y cuando descanso, también (jejeje). Aunque en estos pocos días de vacaciones no he dormido como lo he hecho en otras ocasiones, he pasado tiempos hermosos con mi familia. Me encanta ver a mi sobrino tan feliz de estar en la playa al fin, aunque hace millón frío (por eso no salimos hoy y estoy aprovechando a escribir algo).

Y me pongo a pensar, una vez más en cómo es la vida. Un día puedes estar haciendo mil cosas de arriba para abajo sin respirar ocupándote de las urgencias del día a día, y al otro día puedes estar en descanso absoluto, haciendo algo que es importante para ti, como lo es para mí escribir, y lo puedes hacer con libertad. Un día te ves deseando cosas, y al otro día viviendo lo que deseas. Mi sobrino hasta la semana pasada, cada vez que me veía, me decía: ¡playa tía, playa! Y yo le respondía: ¡pronto, mi amor, pronto! Desde hace dos días, hemos disfrutado el mar. Este pelado sí que salió bien Cotrina, ama el mar. A parte, con mi hermano he cocinado pulpo con patacones, he paseado en su nueva carcachita, he podido tomar unas cuantas fotografías, he estrenado junto a papá sus nuevas pecheras de taekwondo (nos pegamos una paliza ayer), me he levantado todos los días a desayunar sin apuros en una mesa y luego hacer mi devocional como se debe sin tener que terminarlo rápido. Y aún falta más, mañana Dios mediante llega mi hermano mayor y se prenderán aún más mis vacaciones.

Tomarme unos días libres ha sido una excelente idea. No sé a otros, pero a mí las vacaciones me ayudan mucho, para recobrar fuerzas, para renovar el espíritu, para darle a mi familia lo más valioso que les puedo dar: tiempo. Para mi el tiempo es vida, le estoy dedicando mi vida (tiempo) a mi familia… a Dios… y a mí , y eso hoy me hace feliz.

Pulpo con patacones

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