Mi camino a Emaús

Ya han pasado muchos años desde que aprendí el oficio de maestra de biblia para niños. Recuerdo que comencé a los 10 años, yo tan pequeña pero con todo un corazón dedicado a servir el Señor. Recuerdo que comencé como ayudante de mi mamá en una pequeña misión en La Libertad. Mientras ella se encargaba de los más grandes, yo me encargaba de los "parvulitos". Han pasado años y nunca dejé el ministerio con niños hasta hace unos 5 años, cuando Dios me movió a un ministerio diferente. Para mi sorpresa hace dos meses, Dios me ha dado la oportunidad de darle clases bíblicas a dos vecinitos míos, que ahora son mis amigos y mis discípulos. Había olvidado la hermosa sensación de que Dios me hable a través de cada clase. Ayer la historia que les compartí fue "En el camino a Emaús". Y como siempre debía explicar el significado de términos nuevos. "Insensatos" fue uno de ellos. Terminé la clase y me sentía feliz porque ambos aprendieron que Jesús no quedó en una tumba vacía después de su muerte, sino que resucitó y una de las primera cosas fue hablar con estos dos hombres, camino a Emaús.

Hoy me desperté con una sonrisa, recordando la clase de ayer, y en medio de mi oración para comenzar mi devocional, sentí  leer de nuevo aquel versículo donde estaba la palabra "Insensatos" en la historia de ayer. Lucas 24: 25 dice: "Entonces Jesús les dijo: ¡Ay insensatos! ¡Como es lento su corazón para creer todo lo que los profetas han dicho!".  Leer nuevamente esto, fue otro ¡bang! a mi corazón. Medito en el sinnúmero de ocasiones que mi corazón ha sido lento para creer. Hace dos días un amigo compartió conmigo una predica de Paul Washer en la web, y hubo una cita de él que me impactó: "El mayor acto de fe no es resucitar a un muerto, sino mirar en el espejo de la Palabra de Dios y ver todas mis fallas, todos mis pecados, todas mis deficiencias, y creer que Dios me ama, exactamente como él dice que me ama… Mi consuelo, mi alegría, mi paz, viene de lo que Dios hizo por mi en la obra terminada de Cristo."


Y citándolo a este mismo predicador, quiero concluir acentuando con mi cabeza y con un corazón identificado con esta tremenda verdad:  "Ya pase buena parte de mi vida cristiana trabajando a morir para que de alguna forma Dios creyera que yo era especial, ahora se que soy profundamente, eternamente y perfectamente amado. Ahora si Dios quiere que me vaya hacer alguna cosa, lo haré porque Él me ama tanto. No necesito ser grande, no necesito ser listo, no necesito ser elocuente, no necesito un ministerio tremendo  y no necesito ser famoso, Dios me ama! Y eso es suficiente."

En lo que a mi respecta, soy feliz por el momento enseñándoles a estos dos nuevos amigos historias sobre la vida de Cristo. Al mismo tiempo sus padres reciben clases bíblicas con mis padres, y juntos como familia servimos al Señor. No es un gran ministerio, ni se trata de una gran multitud, pero oro cada día por ellos para que puedan ser salvos a través de la obra de Cristo, y puedan sentirse tan amados como me siento yo ahora.

Para los que quiera ver la predica completa de Paul Washer, aquí abajo se las dejo ¡es muy buena!


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