¿Quién dijo que era fácil? PARTE III

2.¿Cómo saber qué sueño debo cumplir ahora y cuáles después?

Ya han pasado alrededor de siete años desde que una sabia mujer me dio una gran lección la cual terminó con una desesperante confusión entre lo que debía hacer y lo que debía descartar momentáneamente. Esa lección ha sido tan clave en mi vida, que no se qué estuviera haciendo hoy, si no la hubiera aplicado. La mujer me dijo algo parecido a: La vida tiene varias etapas y el hombre es un ser integral que debe desarrollarse en varias áreas: física, emocional, social, familiar, espiritual, financiera, profesional, ministerial, etc. El éxito está en saber determinar qué área de nuestra vida necesita mayor atención y dedicarnos a desarrollarla. La etapa que uno viva dependerá de aquella necesidad…

Y ¡kaboom! cómo bajado del cielo me vino el nombre de un área a mi mente: espiritual. Dios me estaba buscando tan fuertemente aquellos días que tuvo que hablarme muy claro. La mujer que me dio esta lección, era una de las consejeras de un campamento de jóvenes al que asistí aquel invierno. Tenía sólo 19 años, y sentía un gran vacío en mi corazón. Con algunos conflictos emocionales, un año de haber salido del colegio, el cual lo consideraba perdido, y mil deseos y sueños en mi cabeza que quería realizar, sin saber por dónde comenzar, no podía sentirme más perdida.

Fue en aquel campamento que Dios me habló de muchas formas y entendí el propósito de mi vida: dedicar mi vida en amor y servicio a Él. En aquel lugar fue donde decidí conocer más a Jesús, enamorarme más de Él y prepararme para servirle con excelencia, así es como entré ese mismo año a estudiar en una Seminario Teológico. No quiero decir con esto que es una regla estudiar Teología para crecer espiritualmente. Uno de mis sueños era estudiar aquella carrera. Gloria a Dios que Él la uso al mismo tiempo para mi crecimiento espiritual. Tu caso puede ser diferente. Vuelvo y repito, no es imprescindible el Seminario para crecer espiritualmente, aunque no puedo dejar de recomendarlo :)

Cuatro años me dediqué a conocer profundamente a mi Salvador, un gran tiempo de entrenamiento, y más allá de eso, un gran tiempo en el cual Cristo pudo moldear mi carácter. Terminé el Seminario hace tres años, y Dios aún continúa obrando en mí. El crecimiento espiritual es permanente, no sólo se limita a 4 años de un Seminario.

Cuando concluí esa etapa, enseguida vino a mi mente otra palabra: profesión. Fue cuando entré a la Universidad. Y no fue sino hasta hace un año, que vino una nueva palabra a mi mente: financiera. Fue cuando Dios me proveyó de un trabajo, el cual me ha servido para cumplir otro sueño, el sustentarme por mi misma económicamente.

Mi caso, fue ese. Tal vez el tuyo sea otro y no empieces como yo, tal vez tú si te encuentres bien en tu área espiritual y necesites desarrollar otra área diferente. No todos los casos son iguales. Hazte la pregunta ¿Qué necesito desarrollar ahora? Cuando te respondas sabrás qué etapa te corresponde vivir.

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